miércoles, 3 de agosto de 2011

Mi SterioS

Sin que sirva de precedente, actualizo ANTES del mínimo requerido de 5 comentarios ajenos a mi persona. Si queréis que la historia continúe, comentad, o animad a alguien a que la lea y comente ;D.

" Apenas habían pasado un par de horas desde que el grupo se separó, a eso de las siete de la tarde. Habían quedado en reunirse de nuevo en la taberna Templaria a las once de la noche, pues tenían mucho que discutir y poco tiempo. Si era cierto que los estaban siguiendo, que los estaban cazando, tenían que darse prisa y no darle margen al enemigo para reaccionar. En los últimos meses su “sociedad” secreta había dejado de ser tan secreta, según lo visto, y no tenían la ventaja del anonimato. Comenzaron a utilizar alias en lugar de sus nombres cuando hablaban entre ellos, para que nadie ajeno al Círculo supiera a quién se referían. Hasta ahora, las bajas contaban a tres de los más prominentes miembros de la orden, Duquesa, Valquiria y, recientemente, Barón. Ellos eran la logística del Círculo, se habían ocupado de organizar las reuniones, de conseguir la información, y de proporcionar los medios. Sin duda, era un duro golpe, uno del que les costaría levantarse, pero que todavía les costaría más olvidar. La guerra había comenzado, aunque los números en ambos bandos eran muy desiguales, y, desde luego, no iba a ser una batalla abierta. No, sería mucho más peligrosa que eso, una auténtica guerra en las sombras de la historia…

Eran cerca de las once de la noche, y los siete miembros estaban empezando a reunirse en la taberna. Tan sólo faltaban dos miembros. Habían llegado las tres mujeres restantes, Atenea, Morgana y Cleopatra, y dos de los cuatro hombres, John Dee y Augusto. Hermes y Merlín todavía tenían un par de minutos para llegar a la hora, pero se notaba cierta tensión en el grupo, cosa que no era de extrañar teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Además, por si no era poco que faltaran los dos teóricos más sobresalientes del grupo, Hermes todavía tenía consigo el cuarzo. Y eso era algo que tenían que proteger a cualquier precio. Mientras divagaban, un fuerte estruendo metálico resonó en la taberna.

- Son las once de la noche señores, ¡La hora feliz! Hoy tenemos dos por uno en cerveza extranjera, y en whisky –Anunció el camarero con bastante energía-.

En aquel momento la puerta se entreabrió, y entraron por ella dos hombres, uno de ellos vestía vaqueros y una camisa blanca de manga corta, por lo que se le veían bastantes pulseras en ambas muñecas, y un reloj de muñeca plateado, mientras que el otro hombre vestía de una forma un poco más… extravagante: empezando por sus pies, llevaba unas sandalias de estilo romano, un pantalón pirata y, ahora venía lo extraño, un chaleco con capucha. Llevaba los botones del chaleco desabrochados, de manera que se podía ver su torso desnudo, dejando al descubierto un tatuaje: unas alas blancas cruzaban su pecho.

Los recién llegados se encaminaron sin mirar a nadie a una de las mesas situadas en el fondo de la sala, dónde ya había reunidas cinco personas, y se sentaron en las dos sillas vacías que había, atrayendo las miradas de todos los allí presentes. Entonces, al parecer, empezó una animada charla entre los amigos y la gente de la taberna dejó de hacerles caso al escuchar las carcajadas que profería el grupo.

- Ya pensábamos que no ibais a venir –dijo una de las mujeres, visiblemente preocupada-.

La joven tenía entre sus manos un periódico gratuito y en primera página salían las fotos de los dos últimos y misteriosos asesinatos de la ciudad. Clara Hernández y Sofía Cáceres habían sido halladas muertas en sus dormitorios, con tres días de diferencia. Todo habría sido normal de no ser porque la policía había confirmado que la causa de las muertes no era el suicidio, por lo demás, no había nada seguro todavía.

- Hubiéramos llegado antes, pero nos seguían. Tuvimos que usar algún “truquillo” para despistarlos… -dijo el joven del chaleco con capucha, serio- no obstante, estamos un poco sorprendidos, nuestros perseguidores han resultado plantear más preguntas de las que han resuelto. Por cierto, Morgana, ¿Podrías apartar ese periódico? Todavía me cuesta asimilar las muertes de Duquesa y Valquiria… "

4 comentarios:

amapola dijo...

ala majo, que te está quedando muy bien, pasa de los cinco y sigue con ello...

Nosferes dijo...

Me gustan mucho los nicks que les has puesto a los protas de la historia... Ahora resulta que son templarios!! Mmmm, ¿nos vas a hacer una historia en plan Assassin's Creed pero contando las cosas en la época actual y desde el punto de vista templario! xD

Siento haber tardado en leer esta entrada, pero justo el día 3 me fui a la playa y me desconecté del mundo jeje.

Sigue con la historia que se está poniendo interesante :3 Que por tres comentarios que faltan... xD

Un besoooo

Nosferes dijo...

Espera, no sé si he leído mal, quizás no son templarios y me se me ha ido el perolo xD

Naitaal dijo...

Ya ya, el último comentario seguro que lo has hecho en plan trampa, para ocupar uno más >.<.

No es exactamente una historia tipo Assasin's Creed, no, y aun no sabréis si son templarios, o qué leches son ;D.

Sí voy a dar una respuesta sobre los nicks, y es que hacen referencia a la personalidad (y cualidades) de la persona nombrada. Tampoco es que vaya a profundizar mucho en el trasfondo, ya que esto va a ser un relato corto por folletines, pero sí que si has leído sobre ciertas personas (o grupos de personas, como Valquiria y Merlín que son nombres comunes) encontrarás ciertas concordancias.

Y no digo nada más, que no os quiero Spoilear mi historia ;D.

Por cierto, espero que te lo hayas pasado bien por la playa y esas cosicas ;-).