martes, 16 de agosto de 2011

Morgana's Dream (End)

“En cuanto abrió la caja, sintió cómo una extraña energía cálida y poderosa recorría sus brazos, tal como haría una corriente eléctrica, e inundaba su corazón y su mente. Aquella sensación vigorizaba cada célula de su piel, cada ápice de su ser. Aquella explosión de poder no sólo fue interna. De su cuerpo brotó un viento tan potente, que apagó en un instante el fuego que se propagaba por Trasmoz, y golpeó a los guardias con tal violencia, que los lanzó por los aires, dejándolos inconscientes allí donde caían, como si de sacos de patatas se trataran. Para ella, sin embargo aquella sensación sólo podía ser descrita como si estuviera naciendo otra vez. Se sintió centrada por primera vez en años, totalmente concentrada en el aquí y en el ahora, aunque, por alguna extraña razón, también podía ver el ayer y el mañana, como si fueran pequeños cristales danzando a su alrededor. Entonces, devolvió su atención a aquel instrumento que la había ayudado a Despertar, aquella pequeña y misteriosa caja con el Círculo del Caldero Blanco.

En la parte interior de la tapa, había escrita una palabra: Πανδώρα. Gracias a los conocimientos que su sorprendente madre le dejó antes de fallecer, hace cuatro inviernos, Elena sabía que aquella misteriosa escritura era griega, y que lo que había escrito en ella era un nombre: Pandora. Cuenta la leyenda que una vez, hace muchos siglos, existió una caja que contenía todas las desgracias humanas, todas aquellas emociones que pudieran dañar a cualquier hombre, protegiendo a la humanidad de los males, y cómo una joven e ingenua doncella, engañada por los dioses, abrió la caja, dejando escapar de esa manera los males. Aterrada de lo que había hecho, cerró la caja, pero tan sólo para dejar atrapada dentro la menos nociva de las emociones humanas: La Esperanza. Elena se preguntó si podía ser una coincidencia, o si de verdad acababa de liberar la Esperanza.

Mientras debatía consigo misma aquella posibilidad, ayudada por distintas visiones inconexas que no podía entender, ni explicar, siguió investigando aquella caja. Ya se había dado cuenta de que, por fuera, era una simple cajita de madera, frágil y endeble, en apariencia. Por dentro, sin embargo, parecía robusta, y estaba envuelta en terciopelo, el más suave que Elena había tocado jamás. La caja contenía algo, que estaba cuidadosamente envuelto en fina seda. Elena apoyó la caja en el suelo con sumo cuidado, mientras cogía aquel envoltorio de seda. Lo desenvolvió con sumo cuidado, dejando ver, de esa manera un cuarzo de medio puño de tamaño, el cuarzo más maravilloso que Elena jamás hubiera visto. Instintivamente, Elena llevó el dedo índice de la mano derecha al cuarzo, para acariciarlo. En cuanto su dedo entró en contacto con el cuarzo, Elena se desvaneció.

Se encontraba en otro lugar, con otra conciencia. “¿Quién eres?” preguntó ese otro ser. “Soy Elena, Druida del Moncayo, ¿quién eres tú, y dónde estoy?”. En cuanto Elena formuló la pregunta, la respuesta se materializó en su mente: “mi nombre… también es Elena, y viví toda mi juventud en las faldas del Moncayo. En cuanto a tu paradero, me temo que estás en mi mente. En mis sueños. Soy una médium, a veces, grandes magos del pasado se manifiestan en mi conciencia para decirme algo, entonces, ¿Hay algo que tengas que decirme, Elena?”

- Pero en ese momento me he despertado, y ahora tengo más preguntas sobre ese sueño. Si sólo hubiera aguantado un poco más unida a esa druida, Elena… -dijo Morgana, tras terminar de contar su sueño, visiblemente molesta-.

- Si hubieras seguido con esa conexión más tiempo, estarías agotada, y en peligro, Morgana. Ya lo sabes, tus dotes de médium te agotan, más de lo que tu cuerpo puede soportar… -añadió Merlín, con un tono cariñoso y firme a la vez-.

- Entonces… nuestro cuarzo y el cuarzo de la otra Elena, ¿son el mismo? –preguntó John visiblemente inquieto-. No hay datos que refuercen la teoría, pero por experiencias pasadas confío plenamente en las capacidades de Morgana, De todas formas, deberíamos investigarlo, buscar en las nieblas de la historia, a ver si se aclara algo más de este instrumento de poder. Por cierto Morgana, ¿recuerdas si aquel cuarzo llevaba la runa inscrita?

- No, no la llevaba. Pero de algún modo sé que es el mismo cuarzo. La sensación que percibí siendo Elena, fue idéntica a la que yo misma sentí cuando Merlín nos trajo el cuarzo. Y hasta ahora mis sentidos no me han engañado jamás.

Transcurrieron un par de horas de discusiones tácticas y de comentarios sobre sus enemigos, mientras los muchachos organizaban su Círculo, con tres nuevos rangos: Gran Maestro, el máximo rango, otorgado al más sabio, con las esperanzas de que pudiera guiar su cruzada a buen puerto; Maestro Estratega, designado para organizar tanto las reuniones del Círculo, como para coordinar los contraataques y defensas frente a sus enemigos; y por último, Maestro Guardián, el puesto más peligroso de todo el Círculo, pues quién lo ocupara, debería encargarse de proteger y cuidar el cuarzo.

-Bueno chicos, entonces según las votaciones, por unanimidad absoluta, nuestro Gran Maestro será…


3 comentarios:

Nosferes dijo...

Ya sabía yo lo de la cajita ejeje :D

Qué habría dentro de la caja para que soltara tal onda expansiva jaja. No sé yo si lo que ha soltado ha sido Esperanza o algún gas tóxico que hace delirar a la pobre Elena... :P

Cuenta un poco las propiedades del cuarzo xD

Naitaal dijo...

Calma calma, hay que revelar información dosificada, ¡o no querréis seguir leyendo!

Mi idea es ir dando pistillas poco a poco, para dar algo de juego xD.

amapola dijo...

joerrr, siempre cortas en lo más interesante... vamos, dale caña!!!!!
un besooo