lunes, 15 de agosto de 2011

Morgana's Dream (Part Three)

“Elena ya estaba en las inmediaciones de Trasmoz, pero acababa de darse cuenta de que entrar no le iba a resultar tan sencillo. Había mucho movimiento en la aldea, desde la lejanía se podía apreciar un vaivén de antorchas por las calles principales, parecía que iban de casa en casa, buscando algo… o a alguien. Aterrada, Elena permaneció entre los árboles que flanqueaban la parte baja de la aldea, en la parte más alejada del castillo, intentando pensar en algo. Tenía suerte de que fuera octubre, pues el castillo estaba vacío y en Trasmoz sólo había un pequeño destacamento de guardias. A pesar de todo, iban entrando en todas las casas, les facilitaran la entrada o no. Había varias casas de personas que habían salido de viaje cuyas puertas habían sido echadas abajo sin el menor reparo, y cada vez se acercaban más a la casa de Elena. A ella le pareció distinguir que los soldados vociferaban algo sobre “ese maldito druida” y sobre un “secreto” que custodiaba. Elena aguzó el oído, ávida de información, mientras se agachaba y se arrimaba todavía más al tronco de aquél roble solitario en las inmediaciones de la aldea.

- ¡Por la virgen! Siempre somos nosotros los que tenemos que encargarnos del trabajo sucio –gritó un hosco soldado que llevaba una antorcha en la mano izquierda y su espada en la derecha, visiblemente molesto. Elena no lo reconoció como uno de los guardias de Trasmoz, lo cual la dejó intrigada-. Los inquisidores están a punto de llegar, tenemos que darnos prisa, o pagarán su enfado con nosotros también. ¡Rápido, terminad de buscar en todas las casas! ¡Roberto! ¿has preparado el castillo para Su Ilustrísima Santidad?

- Sí, Juan, todo está preparado para recibir al Sumo Inquisidor –aseguró un menudo sirviente que llegaba corriendo desde el castillo, casi sin aliento-. Me preguntó qué asuntos lo traerán a este lugar apartado de la mano de Dios en esta hora tan intempestiva…

- Yo no me lo preguntaría –añadió un tercero-. Quiero conservar la cabeza sobre los hombros, ¿sabes?

- ¡Basta de cháchara! Tenemos mucho que hacer y muy poco tiempo –sentenció Juan, autoritario, poniendo fin a la conversación-.

Mientras los soldados volvían al trabajo, a Elena se le heló la sangre en las venas. El Sumo Inquisidor iba a ir a Trasmoz, y eso no eran buenas noticias. Hasta ahora, nunca se había escuchado que el Sumo Inquisidor se hubiera dirigido en persona a un lugar tan apartado del mundo, y con tan pocas personas. Para colmo, estaban buscando a un druida, a uno con un “secreto”… ¿podían referirse a Daniel? Elena, involuntariamente comenzó a sollozar, herida, sola y desamparada, en mitad de una de las noches más importantes para su pueblo, sintiéndose totalmente desgraciada.

No tuvo mucho tiempo para llorar sus penas, pues escuchó un carruaje acercándose, acompañado por varios jinetes. Supuso, dada la hora y lo que había oído, que sería el Inquisidor. Había oído las atrocidades que cometía en nombre de Dios y de la Iglesia, y sabía que era un fiero adversario para su gente. Había escuchado muchas historias, algunas eran ciertas, pero otras rallaban la leyenda. Cuando era niña, su pobre madre le contaba historias de miedo utilizando al Inquisidor de las maneras más aterradoras posibles. Pero nada, absolutamente nada, podía prepararla para lo que iba a presenciar a continuación. El Sumo Inquisidor bajó del carruaje, le preguntó algo a Juan, hizo una mueca ante el gesto negativo de éste, se dio la vuelta para hacerle un gesto al primero de los jinetes que habían llegado con él, se subió en el carruaje, y se marchó. Entonces, el primer jinete bajó del caballo, se acercó despacio a Juan, desenvainó la espada, y la hundió en su estómago, atravesándolo, mientras su sangre comenzaba a cubrir el suelo.

- Ya sabéis lo que dijo Su Santidad: ¡Sin supervivientes! Nadie puede escapar de aquí, nadie puede saber nada de la historia de Merlín, ni de lo que andamos buscando. Y por supuesto, huelga deciros que nadie debe asociar este acto de vandalismo con la Inquisición. ¡Por la Virgen!

- ¡Por la Virgen! –corearon el resto de los soldados recién llegados en un perfecto acto de sincronía.

Y entonces, comenzó el holocausto. Todo fue muy rápido. Destellos de luz bajo la luz de la madre luna. Sonidos sordos, repulsivos. Gritos. El crepitar de las llamas, que empezaban a engullir la aldea. Más gritos. Muerte y desolación. Destrucción y odio. Elena no pudo hacer otra cosa que quedarse mirando, desde detrás de su árbol protector. Era como si no estuviera allí en cuerpo y mente, parecía estar viendo aquel horror reflejado en su bola de cristal. Para ella no era real, no podía aceptarlo. Su hogar estaba siendo destruido por una frivolidad, por algo insignificante que no podía valer tantas vidas como las que iba a costar. Mientras permanecía catatónica, el pueblo se iba consumiendo. El incendio empezó por la parte baja, y comenzó a engullir todas las casas y construcciones, hasta llegar al castillo. Por alguna extraña razón, el castillo repelía las llamas.

Elena, hipnotizada y sumida en aquel trance horrible de sangre y fuego, sintió un fuerte pinchazo en el pecho, tan profundo y doloroso como si le hubieran atravesado el corazón. Sin saber qué hacía, o por qué, sacó la cajita que Daniel le había entregado apenas unos minutos antes. Era increíble, tenía la sensación, mientras actuaba por instinto, de que eran dos vidas totalmente distintas, y que había pasado una eternidad desde que se encontraba en aquella cueva. Con aquella extraña cajita entre sus manos, se sintió más tranquila, sensación que se incrementó cuando vio aquel extraño y misterioso caldero blanco. Ver aquella singular imagen, detuvo el dolor de su corazón, y le aportó una extraña calidez, que no sabría describir. Se sentía… cómoda. Con aquella sensación tan agradable, y ajena totalmente al horrible holocausto que estaba sucediendo frente a sus mismos ojos, Elena, abrió la caja.”

3 comentarios:

amapola dijo...

más, más, mássssssssssssss

Nosferes dijo...

Fua, no me lo puedo creer, tiene que ser horrible ver cómo tu pueblo se va haciendo cenizas :(

Mmmm Merlín... Será Merlín Daniel? xD Ya lo veremos.

Cuántas partes tiene el sueño? Faltan todavías unas cuantas, no?

Naitaal dijo...

Me alegro de que os esté gustando la historia^_^.

En la siguiente entrada concluye el sueño, no queda mucho^^. Hay que tener en cuenta que es una historia secundaria, y que en algún momento tengo que cortarla y volver al presente y eso xD.