domingo, 21 de agosto de 2011

Requiem por una Valquiria

“Bueno chicos, entonces según las votaciones, por unanimidad absoluta, nuestro Gran Maestro será Merlín, nuestro Maestro Estratega será Augusto, y nuestro Maestro Guardián, Morgana-dijo Hermes, actuando hasta ese momento como Maestro en funciones, debido a la reciente muerte de Barón-. Creo que hemos perdido suficiente tiempo aquí, si los recién nombrados quieren decir algo, o tienen algo que contarnos, éste sería el mejor momento, de lo contrario, sugiero que nos retiremos a descansar, y nos mantengamos en contacto.

Tras hacer ese último comentario, le pasó subrepticiamente el cuarzo a Morgana, ya que ahora sería la encargada de protegerlo. Habían decidido que lo protegiera ella porque, gracias a sus sueños proféticos, y a sus súbitas precogniciones, había sido capaz de evitar tres intentos de asesinato hasta ahora. De hecho, ella fue el primer objetivo en ser atacado por parte del enemigo, y gracias a eso sabían que sus auténticas identidades no eran conocidas todavía. De hecho, al parecer, atacaban aleatoriamente lugares concretos a horas concretas, como si supieran de alguna manera que allí iba a haber alguien del Círculo. Suponían que estaban utilizando magia para prever sus movimientos, pero no podían demostrarlo.

Merlín y Hermes estaban trabajando juntos, tratando de encontrar algún método con el cual poder reunirse sin dejar ningún rastro. Algo que pudiera ocultarlos “mágicamente” de los ojos y oídos de sus enemigos, siempre al acecho y preparándose para asestar un golpe mortal. Hasta la fecha, lo único que habían podido hacer era un conjuro de protección, mediante el cual, todos los miembros del Círculo eran incapaces de recordar quiénes son sus compañeros si tratan de decírselo a alguien ajeno al grupo. Así, en el peor de los casos, aunque alguien quisiera traicionarlos, o se viera obligado a hacerlo, no podría hablar de ellos.

Tras dar por concluida la reunión, los muchachos se separaron, en la medida de lo posible, porque con toda aquella tensión en el ambiente, nadie quería estar solo. Merlín y Morgana, que fueron los últimos en dejar la taberna, se encaminaron al ático de Merlín, en pleno centro de la ciudad. Sólo tenía una habitación, cocina, baño y un estudio que ocupaba la mitad del apartamento, pero para Merlín, era más que suficiente. En cuanto llegaron, Morgana se acomodó en el sofá. Mientras, Merlín iluminaba la estancia con unas velas aromáticas y cogía un par de copas y una botella de vino, introducía una película en blu-ray en la playstation3 y se sentaba junto a Morgana. Por su parte, John Dee, Cleopatra y Augusto salieron juntos hacia las afueras en el coche de Augusto. Los tres vivían en el mismo bloque de pisos, John Dee y Augusto compartían un dúplex desde que llegaron para entrar a la universidad, en lo que ahora les parecía otra vida. Cleopatra, por su parte, compartía otro dúplex con una prima suya, desde que ambas se mudaron por trabajo, hacía cinco años. Finalmente, Hermes decidió acompañar a Atenea a su piso, ya que vivía en una zona peligrosa de la ciudad, y no le hacía mucha gracia que se marchara sola a esas horas de la noche.

-No hacía falta que me acompañaras, Hermes-dijo Atenea, agradecida-. Podía haber cogido un taxi, y no habría tenido ningún problema.

-No te preocupes, me viene bastante bien pasear. Todavía me cuesta asimilar nuestra situación, ¿sabes? Nunca llegué a confesarle a Valquiria lo que sentía por ella, fue muy duro para mí estar todo ese tiempo a su lado sin decirle nada, y que un buen día, de repente, la hicieran desaparecer…

-Sí, supongo que tiene que ser muy duro pasar desapercibido para alguien que te importa más que tu propia vida, y no tener el valor de decírselo…-Las lágrimas resbalaban por el rostro de Atenea, quién intentaba mantenerse estoica, para no preocupar más a Hermes-. Bueno, ya hemos llegado…

-Es cierto, se me ha pasado muy rápido el camino… Bueno, buenas noches Atenea, intenta descansar y…

-Creo que deberías subir-le interrumpió Atenea-. Puedes quedarte a dormir en la habitación de invitados.

-No creo que esté bien que pase la noche en tu casa.

-Oh, venga ya Hermes. No hay ningún problema en que duermas en mi casa. Además, tú necesitas superar de una vez lo de Valquiria, y yo no quiero pasar la noche sola.

-Quizá estés en lo cierto, y sea lo mejor-dijo Hermes, un tanto abatido-.

Entretanto, en las afueras de una lejana ciudad, en una pequeña casita de campo con un jardín verde precioso, cubierto de margaritas y de narcisos, una joven madre jugaba con su hija de tres añitos. La niña sonreía mientras intentaba perseguir a su madre entre las flores y el césped, esa sonrisa profunda y pura que sólo los niños, ignorantes de todos los problemas del mundo, pueden conjurar. Sin embargo, la madre, aunque estaba muy feliz por volver a estar con su hija pequeña, también estaba triste. Su marido había sido asesinado muy recientemente, aunque las autoridades todavía no habían confirmado la causa de la muerte. Pero ella sabía la verdad, y por encima de todos los errores de su vida, el que más le pesaba a su conciencia, era el de ser la responsable de la muerte del padre de su hija, y del único hombre que ella había amado. Y es que Clara Hernández, había traicionado a sus amigos.

4 comentarios:

amapola dijo...

me gusta mucho, mantienes muy bien la intriga y el interés... me gustaría que Hermes y Atenea tuvieran "rollico" esta noche... o como digáis los jóvencicos de hoy en día...
Un Beso

amapola dijo...

Oye, por cierto, quién es Clara Hernández?
Y otra pregunta: esto vale por otro comentario??

Naitaal dijo...

Me alegro de que te guste. Hermes y Atenea tienen complicaciones, ya se verá si pasa algo o no.

Clara Hernández es uno de los pocos nombres que han salido en el relato hasta ahora, así que os toca buscar :-P.

Y no, no vale por otro comentario, pero vamos, que da igual, porque la regla de los 5 comentarios no la estoy usando, o no habría relato xD.

Nosferes dijo...

Así que Clara hernández es la viuda de Barón, si no me equivoco. Lo interesante será saber porqué los traicionó. Quizás la amenazaron con hacerle algo a su hijita? Lo veremos, espero, en próximos capis.

Como dice Amapola, sabes muy bien como mantener la intriga y el interés!! Y también me gustaría que tuvieran un rollico Hermes y Atenea jaja.

Un besoteee