La lluvia se
precipitaba atropelladamente contra el suelo en general, y contra las ventanas
de las casas en particular. El sordo sonido de las gotas de agua golpeando el
mudo vidrio repiqueteaba, dándole a su silenciosa observación del entorno una
preciosa sintonía. En aquel baile de sonidos repetitivos y monótonos, tan sólo
una sombra se atrevía a desafiar al agua y al frío.
Perfilando
su sombra en las pareces, tenuemente iluminadas por la descolorida luz de las
farolas, el joven muchacho corría. Corría cortando el aire, rompiendo el
silencio y desafiando a los elementos. Corría bajo una cortina incesante de
agua, que caía, arremolinándose en su chubasquero antes de perderse en el
pequeño océano en que se había convertido la acera. La gente normal no salía a
correr a esas horas, y mucho menos un día tan lluvioso como aquél. Pero él lo
necesitaba. Estaba bloqueado, y cuando tenía un bloqueo de tal calibre
necesitaba correr. Y poco le importaba a él el tiempo que hiciera.
Hermes
seguía corriendo, mojándose bajo aquella fría ducha natural, que no hacía sino
recordarle ese horrible sentimiento que se arremolinaba dentro de su ser. No
sólo estaban en guerra, no sólo había perdido a Valquiria, sino que ahora
quizás también hubiera perdido a Atenea. Había reaccionado demasiado
emocionalmente a aquél beso. Aquél beso que en tan sólo un instante había
revuelto todo su mundo, todas sus emociones de una manera sin precedentes.
Normalmente, en otras circunstancias se habría dejado llevar. Atenea era sin
duda una mujer maravillosa, encantadora cómo sólo ella podía ser. Era atractiva,
muy hermosa se mirara por dónde se mirara.
Pero no era eso lo que le turbaba.
No, la razón de su desazón era mucho más profunda. Él se había enamorado de
Valquiria mucho tiempo atrás. Pero, antes de aquello, el primer amor no
correspondido de Hermes, había sido Atenea. Y eso era precisamente lo que
atormentaba el juvenil e inmaduro corazón de Hermes. Durante bastante tiempo su
corazón había anhelado la proximidad de Atenea, y estar en la misma habitación que
ella le hacía estar feliz. Pero un día entreoyó una conversación entre Atenea y
Morgana, en la que la primera dejaba bastante claro que no tenía demasiado
interés en Hermes. Entonces apareció Valquiria, y Hermes pudo superar esa
historia de amor. Y ahora resultaba que aquello podía no haber sido necesario.
Mientras el agua resbalaba en su
rostro, mientras sus pies se hundían en todos los charcos de aquél recorrido
nocturno, las ideas se arremolinaban en su pecho, como un potente tifón. Quizá
aquella conversación entre Atenea y Morgana que llevó a Hermes a los brazos de
Valquiria, no fue sincera. Quizá Atenea, avergonzada de que Morgana conociera
las inquietudes de su corazón negara algo que sentía por el muchacho. Quizá
Hermes y Atenea hubieran podido estar juntos mucho tiempo atrás. Quizá hubieran
podido ser felices en otro tiempo, pero ahora… ahora Hermes no sabía que
pensar.
El joven muchacho cargaba con la
culpa de haber traicionado los sentimientos por Valquiria, los de ella hacia
él, y los suyos hacia Atenea en un primer momento. Ahora no estaba cómodo con
la posibilidad de iniciar una relación sentimental con Atenea. Quizá. No estaba
seguro. No lo tenía claro, y no sabía si quería arriesgarse a una relación con
alguien a quién no supiera hacer feliz. Mientras estas y otras ideas similares
salpicaban su mente, las gotas de agua seguían precipitándose hacia el vacío,
abandonando las nubes con ansías de explorar un nuevo mundo, y de conocer un
nuevo amanecer. Gracias a esas temerarias gotas de agua que inundaban el mundo
poco a poco, los seres humanos podían alegrarse de que saliera el sol tras la
tormenta, y deleitarse con la extraordinaria aparición del arcoíris. Pero esa,
es otra historia.
3 comentarios:
Así que Hermes estuvo enamorado de Atenea... Es normal que no esté preparado para tener algo con ella, pero por qué Atenea iba a avergonzarse de expresar sus sentimientos por él en el pasado?
Espero que Hermes ponga en orden sus sentimientos para seguir adelante con su vida... Valquiria no volverá, así que espero que algún día pueda estar con Atenea :)
vaya vaya... espero impaciente la próxima actualización
un beso
Me alegra que os guste y que sigáis leyendo la historia con asiduidad^^.
Me conformaría con escribir un libro y que dos personas fueran capaces de leerlo de principio a fin.
¡Espero que la historia no os defraude!
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